Bucs 38 – Packers 10

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Importantísima victoria para los Buccaneers en el sexto partido. Tras la dolorosa derrota en Chicago nos enfrentábamos a un equipo imbatido a los mandos de Aaron Rodgers. La recuperación del equipo, especialmente de la línea de ataque, fue asombrosa. En una semana se pasó de un naufragio en toda regla a un partido en el que no se cometió ninguna falta, no se permitió ningún sack y no se produjo ninguna pérdida de balón.

Tras un FG de los Packers en su primer drive, el ataque de Tampa Bay fue incapaz de conseguir un primer down y le devolvió la pelota a los de Wisconsin, que acabaron consiguiendo un TD y se comieron el resto del tiempo. Al final de los primeros 15 minutos, íbamos 10-0 abajo y apenas habíamos tocado el football.

La historia cambió en el siguiente cuarto: el equipo tampoco logró anotar en un drive algo más largo, pero a partir de ah, la defensa bucanera tomó las riendas del encuentro y borró del partido a Green Bay: en 5 drives, la ganancia neta quesera fue de 5 yardas, con dos intercepciones consecutivas, incluyendo un pick six de Jamel Dean, a un A-Rod que había lanzado 156 pases sin sufrir una y con el ataque aprovechando sus oportunidades le dimos la vuelta al marcador, con TD de Ronald Jones, Tyler Johnson (el primero de su carrera) y Rob Gronkowski (el 91º que consigue a pase de Brady) yéndonos al descanso ganando 28-10.

Jamel Dean camino de su pick six (Foto: Kim Klement-USA TODAY Sports

La vuelta de los vestuarios no cambió demasiado el panorama sobre el terreno de juego. La defensa de Tampa seguía abrumando al ataque de Green Bay, que ni siquiera conseguía llegara distancia de Field Goal. Entre tanto, una patada de Succop y un nuevo TD de RoJo cerraban la victoria, tanto que el final del partido pareció uno de preseason, con cambios en el QB y en la línea ofensiva.

Lo mejor: Todd Bowles, el cerebro de una defensa que, en tres cuartos, solo permitió 52 yardas a un equipo que venía imbatido. Ronald Jones que completó su tercer partido con más de 100 yardas de carrera.

Lo peor: En un partido casi perfecto, se echó de menos un ataque menos reservón y con una mejor gestión del reloj.

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